martes, 29 de septiembre de 2009

Checkpoint Rock. Canciones desde Palestina


El mundo tiene la mirada puesta en Palestina, pero muy poca gente conoce la verdadera realidad de este pueblo en conflicto: su música, sus artistas más representativos, su forma de afrontar la situación a través de letras y melodías... Este viaje nos descubre a qué suena Palestina y qué piensan sus músicos del destino que les ha tocado vivir. Todo ello partiendo de las luces de neón de Tel Aviv, pasando por los checkpoints, y llegando a la desesperanza de los territorios de Gaza y Cisjordania.

En 2002, el músico español Fermín Muguruza viajó a Palestina para reivindicar los derechos de ese pueblo en compañía de artistas israelíes y palestinos. Allí vivió el estallido de una bomba con numerosos muertos en Tel Aviv, el confinamiento de Arafat en su Palacio Presidencial de Ramallah y la posterior petición a algunos de estos músicos para que hicieran de escudos humanos del propio Arafat. Esta experiencia, y el descubrimiento de la belleza musical del territorio, llevaron a Muguruza a plantearse hacer una película. El resultado es "Checkpoint Rock. Canciones desde Palestina", un documental co-dirigido por Fermín Muguruza y el cineasta Javier Corcuera (Invierno en Bagdad).

Corcuera es el encargado de convertir en imágenes el contraste de sensaciones que se vive en Palestina, mientras Muguruza capta los sonidos del país y presenta a una larga lista de músicos (raperos, tradicionales, artistas de vanguardia) que llevan años expresando su malestar a través de sus letras y melodías. "Checkpoint Rock. Canciones desde Palestina" fue proyectado en el Festival de San Sebastián.



lunes, 7 de septiembre de 2009

Trafico de organos palestinos en Israel


Altos cargos y portavoces israelíes han estado clamando contra un importante periódico sueco por haber publicado un reportaje en el que se afirmaba que el ejército de ocupación israelí asesina a palestinos para trasplantar sus órganos a pacientes judíos.

El periódico Aftonbladet, uno de los más populares de Suecia, informaba el martes 18 de agosto que los soldados del ejército de ocupación israelí habían estado matando jóvenes palestinos en Cisjordania para extirparles los órganos y venderlos. En el reportaje se mostraba una foto del cuerpo de una víctima con una larga costura desde la barbilla al abdomen.

El reportaje cita las palabras de la familia de una de las víctimas que afirma que “a nuestros hijos los despojaron de sus órganos”. El reportaje establece también una relación entre el tráfico ilegal de órganos y un reciente escándalo de corrupción en Nueva Jersey en el que están implicados altos cargos [israelíes] y rabinos.

El autor del reportaje, Donald Bostrom, habla de las fuertes sospechas que hay entre los palestinos de que el ejército israelí extirpó los órganos de los jóvenes. Sugiere que el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya debería abrir una investigación.

Testigo

Bostrom cita a un testigo palestino que describe un caso en que el ejército de ocupación israelí mató de un disparo a un joven palestino de un pueblo de Cisjordania y después le extirpó los órganos. La víctima palestina ha sido identificada como Bilal Ahmed Ghniyan. “Se lo llevó un helicóptero militar y el ejército lo trajo cinco días después, muerto. Cuando su familia lo enterró vio una larga costura desde el estómago a la barbilla”.

Bostrom también cita a otro testigo que afirma que sus hijos fueron utilizados como “donantes forzados de órganos”.

“Sangrienta calumnia”

Un portavoz israelí y altos cargos del ministerio de Asuntos Exteriores despotricaron y echaron pestes contra Aftonbladet y acusaron a este popular periódico de “sangrienta calumnia” y de propagar “rumores” contra Israel.

El portavoz israelí Yigal Palmor afirmó que el periódico sueco “había convertido la demonización de Israel en una causa sagrada”.

Otros altos cargos israelíes amenazaron con denunciar al periódico sueco por calumnias y afirmaron que el reportaje era una expresión de antisemitismo.

Israel ha estado reaccionando con una sensibilidad exagerada a las críticas internacionales al trato manifiestamente muy duro que inflige a los palestinos y el racismo descarado que se asocia a este trato.

A principios de este año el ejército israelí emprendió un blitzkrieg generalizado y mortífero contra la prácticamente indefensa población de Gaza, en el que utilizó armas prohibidas internacionalmente y mató, mutiló y carbonizó a miles de civiles inocentes, incluidos cientos de niños.

Organizaciones de derechos humanos describieron esta descomunal devastación de terror y muerte que duró más de 20 días como “claros crímenes de guerra” y “crímenes contra la humanidad”.

Igualmente, Israel había matado a miles de inocentes en Cisjordania y muchas de las víctimas fueron enviadas al instituto forense de Abu Kabir para que se les realizara la autopsia.

Sin embargo, no está claro si los órganos vitales de estos jóvenes siempre se extirpan para ser trasplantados a pacientes judíos.

El ejército israelí, que ejerce una enorme influencia política y legal en Israel, casi siempre se resiste a que se investiguen las operaciones que lleva a cabo en Cisjordania, que se hacen violando de manera flagrante el Derecho internacional, especialmente el Derecho humanitario internacional.

Precedente

En enero de 2002 un ministro israelí admitió tácitamente que órganos extirpados de cuerpos de víctimas palestinas podían haber sido utilizados para ser trasplantados a pacientes judíos sin que lo supieran las familias de las víctimas palestinas.

En respuesta a la pregunta de un miembro árabe del Knesset [parlamento israelí] el ministro, Nessim Dahan, afirmó que no podía negar o confirmar que el ejército hubiera extirpado los órganos de jóvenes y niños palestinos para trasplantes o para investigación científica: “No podría afirmar con seguridad que no ocurriera algo de eso”.

Se cree que el miembro árabe del Knesset que hizo la pregunta a Dahan es Ahmed Teibi, quien señaló que había recibido “pruebas creíbles” que demostraban que médicos israelíes del instituto forense de Abu Kabir habían extraído órganos vitales como el corazón, los riñones y el hígado de los cuerpos de jóvenes y niños palestinos a los que había matado el ejército israelí en Gaza y Cisjordania.

En una entrevista de la televisión al-Jazeera en 2002 el difunto dirigente palestino Yasser Arafat acusó al régimen de apartheid israelí de asesinar bebés, niños y jóvenes palestinos y de quitarles sus órganos para trasplantes: “Asesinan a nuestros niños y utilizan sus órganos como piezas de recambio. ¿Por qué calla el mundo entero? Israel se aprovecha de este silencio para intensificar su opresión y terror contra nuestro pueblo”, afirmó un enfadado presidente Arafat.

Durante la entrevista, que tuvo lugar el 14 de enero de 2002, Arafat mostró fotos de los cuerpos mutilados de los niños.

“No estoy preocupado por mí mismo”, afirmó el presidente cuando estaba bajo arresto domiciliario, “estoy preocupado por el pueblo palestino que está bajo asedio desde hace quince meses”.

Israel había admitido que médicos del Instituto L. Greenberg de medicina forense en Abu Kabir habían extirpado los órganos de tres jóvenes palestinos a los que había matado el ejército israelí cerca de Khan Younis. Diez días después los cuerpos fueron devueltos a sus familias para que los enterraran, pero les habían extirpado los órganos y los ojos.

Israel nunca llevó a cabo una investigación seria sobre éste y otros incidentes relacionados con la extirpación de órganos vitales de los cuerpos de víctimas palestinas asesinadas por las fuerzas de ocupación israelíes.

Según la periodista Saira Soufan, la extirpación ilegal de órganos de soldados y combatientes palestinos está documentado desde antes de los años noventa. “Una vez que los cuerpos de los soldados [palestinos] se devolvían a las familias en duelo, se descubría el robo de sus órganos durante el proceso del entierro. Las cavidades vacías habían sido rellenadas con materiales de desecho, como algodón, mangueras de jardinería y palos de escoba, y después cosidas a consecuencia de la llamada ‘autopsia’”.

De manera esporádica, las autoridades israelíes han robado los órganos de turistas muertos en Israel. Un caso al que no se dio publicidad ocurrió en 1998 cuando un escocés, Alistair Sinclair, murió en circunstancias misteriosas en un calabozo del aeropuerto de Ben-Gurion [en Tel Avivi]. Su familia denunció a las autoridades israelíes cuando descubrió que faltaban el corazón de su hijo y otros órganos. A su madre le enviaron otro corazón y otros órganos, pero ella nunca creyó que fueran los de su hijo.

Khalid Amayreh