jueves, 18 de febrero de 2010

Avatares palestinos...


La amenaza iraní. La construcción en los asentamientos. La fractura inter palestina. El fallido proceso de paz. Gaza. Hizbulá… El empuje de la actualidad hace que, con frecuencia, se olvide que Israel construye todos los días, de forma incansable desde hace ocho años, un muro para aislar a Cisjordania. Ni alambrada, ni valla, ni barrera: un muro de hormigón que tendrá 710 kilómetros cuando se complete, y que ya supera los 400 kilómetros.

Esta semana, el Ejército israelí no ha tenido más remedio que ponerse a cumplir una sentencia del Tribunal Supremo de septiembre de 2007, que ordenó cambiar el trazado para devolver unas tierras robadas al pueblo de Bilín. Son 700.000 kilómetros de tierra cultivo que regresarán a manos de sus propietarios.


Es un gran éxito para Bilín, una aldea de nombre familiar para cualquiera que siga las protestas de los palestinos contra el muro, porque se celebran todos los viernes por la mañana precisamente en esa localidad. Este próximo viernes hará cinco años que esas manifestaciones empezaron, aunque, como el propio muro, ya forman tal parte del paisaje, ya son tan pan nuestro de cada día… que quedan eclipsadas por todo lo demás.

Y las protestas de Bilín se han convertido en una actividad muy controvertida que habitualmente termina como una batalla campal de botes de humo, disparos y piedras. Son el resultado de una explosiva mezcla de ira, de provocación y de abuso de poder que se repite cada semana y que, a lo largo de este lustro, ha terminado con varios muertos.


El último choque fue el día 12, y merece la pena ver los vídeos que las propias ONGs participantes en la manifestación han editado y colgado en Youtube para mostrar como ellos mismos se disfrazaron de na´vi (unos seres azules que aparecen en la película Avatar de James Cameron) para protestar contra el muro y la ocupación. Que cada uno saque sus conclusiones...


jueves, 11 de febrero de 2010

Los alcaldes de Jenin y Gilboa demuestran que la paz es posible


Los dos hombres abrazados en la fotografía han sido enemigos mortales. Uno es Daniel Atar, quien llegó a coronel de la Brigada Golani, la más prestigiosa del Ejército israelí. En 1982, Atar iba en la avanzada de la invasión israelí de Líbano con una misión muy concreta: liquidar a militantes del movimiento palestino.

Los dos hombres abrazados en la fotografía han sido enemigos mortales. Uno es Daniel Atar, quien llegó a coronel de la Brigada Golani, la más prestigiosa del Ejército israelí. En 1982, Atar iba en la avanzada de la invasión israelí de Líbano con una misión muy concreta: liquidar a militantes del movimiento palestino. El otro es Qadura Musa. Periodista. Fue el máximo responsable de Al Fatah en la zona de Yenín y pasó 12 años en las cárceles de Israel. Viendo cómo, tras la cena, Musa se saca del bolsillo unos palillos y, en un gesto de familiaridad indudable, le pasa uno a Atar, la cuestión de cuál es la clave de la paz entre israelíes y palestinos obtiene una respuesta automática: la voluntad de personas dispuestas a arriesgarse.

"Lejaim [por la vida]", alza su copa de vino el israelí en el restaurante marroquí que ha elegido porque es un tipo de comida con el que se siente "como en casa". El palestino responde entrechocando su copa de agua. Ambos son muy diferentes. Atar come en mangas de camisa, mientras Musa no se quita la chaqueta ni la corbata. El primero es de respuestas cortas, mientras el segundo se alarga. Pero ambos se sientan juntos en el mismo lado de la mesa y se tocan mientras hablan. Atar se refiere siempre al palestino como Abu Musa, que refleja familiaridad y respeto. El palestino utiliza Danny para referirse al ex militar.

Hoy en día, Atar y Musa son los respectivos alcaldes de Gilboa y Yenín. Ciudades vecinas y hermanadas pero separadas, primero por años de violencia y luego por la barrera construida por Israel. Y son los impulsores de un proyecto que en poquísimo tiempo está consiguiendo unos resultados espectaculares y que ahora explican por todo el mundo. Atar, que milita en el Partido Laborista y es admirador del asesinado Isaac Rabin, ha logrado que el Gobierno israelí acceda a abrir la separación entre ambas ciudades y el resultado es un intercambio sin precedentes. Más de 10.000 israelíes cruzan cada semana al lado palestino. Ahora quieren que Yenín sea conocido en Europa no por los violentos combates de 2002, sino por ser un ejemplo de convivencia y seguridad. "Hace poco estuvo Tony Blair comiendo falafel en la calle. No llevábamos escolta y no se lo podía creer", explica Musa. "El mensaje es éste: hemos logrado cambiar las cosas en muy poco tiempo. Yenín es uno de los lugares más ordenados del mundo gracias al coraje y la visión de Abu Musa", dice Atar mientras ordena al periodista que tome menos notas y coma más. "Danny Atar está dando un ejemplo de convivencia excepcional entre judíos y árabes. Ha comprendido la necesidad de dos pueblos en dos Estados", replica Musa.

Las familias de ambos alcaldes se conocen y Atar hace encendidos elogios de la hospitalidad de su amigo. El israelí ha sido elegido por sus vecinos en cuatro ocasiones consecutivas. En 1995 conoció a Musa en un kibutz. El palestino había sido enviado allí por Yasir Arafat para estudiar ese modelo de productividad. "Hay mucha gente en Europa que dice que quiere ayudar a la paz. Yo les digo: vengan, pasen varias noches en Yenín, gasten allí su dinero y ayuden a su economía", subraya Atar.

Antes de irse, Abu Musa resume lo que piensa. "Danny conoce la guerra y no quiere que sus hijos la padezcan. Yo conozco la cárcel y no la quiero para mis hijos".

JORGE MARIRRODRIGA

miércoles, 3 de febrero de 2010

Israel admite que atacó Gaza con fósforo blanco

El Ejército israelí reconoció el uso de fósforo blanco contra un edificio de la ONU en la masacre de Gaza del pasado invierno, pero trató de limitar su responsabilidad castigando a dos oficiales.

Se trata del comandante de la división que operó en Gaza, el general Eyal Eisenberg, y el jefe de un regimiento de Infantería, el coronel Ilan Malka, que han sido acusados de «haber sobrepasado sus prerrogativas poniendo en riesgo la vida de civiles».

En un informe oficial enviado el viernes a la ONU para intentar refutar las acusaciones de crímenes de guerra formuladas por la comisión de investigación dirigida por el juez sudafricano Richard Goldstone, las autoridades israelíes destacaban que habían puesto en marcha un procedimiento disciplinario contra un general y un coronel, sin identificarlos. El informe de Goldstone también acusa de crímenes de guerra a Hamas.

Según la radio pública, los mandos israelíes están dispuestos a castigar a los dos oficiales.

El Ejército confirmó que se ha abierto el procedimiento contra los dos oficiales, pero rechazó comentar si éstos habían sido castigados.

Junto a ello, el Ejército israelí puntualizó que el general Eisenberg y el coronel Malka no «han sido sanciones porque las armas contuviesen alguna cantidad de fósforo blanco, sino porque se dispararon hacia zonas habitadas».

El bombardeo durante la operación «Plomo Fundido» afectó el 15 de enero de 2009 al principal almacén de la agencia de la ONU para la ayuda a los refugiados palestinos (Unrwa) en la ciudad de Gaza, que ardió tras recibir el impacto de obuses israelíes.

Este bombardeo, que hirió a tres empleados de la Unrwa fue unánimemente condenado por la comunidad internacional.

Como «compensación» por este ataque y otros cometidos contra instalaciones de la ONU, Israel entregó 10,5 millones de dólares [7,57 millones de euros].

Junto a ello, Israel afirma que ha iniciado investigaciones sobre 150 «incidentes», de los que 36 son objeto de una investigación criminal.

En su justificación de 46 páginas presentada a la ONU, el Estado sionista subraya la «independencia e imparcialidad» de su sistema judicial y asegura que su Ejército actuó conforme al derecho internacional durante la masacre de Gaza.

Sin embargo, el reconocimiento de haber empleado fósforo blanco en una zona densamente poblada por civiles ya supone una conculcación de las normas internacionales, puesto que el uso de esta sustancia está prohibido en zonas habitadas por las graves quemaduras que provoca, ya que se inflama al contactar con el oxígeno del aire.

Por otra parte, Breaking the Silence difundió ayer los testimonios de 96 mujeres israelíes que reconocen haber maltratado a palestinos durante su servicio militar. «Queremos mostrar a los israelíes que sus mujeres participan en violaciones de derechos humanos», señalaron.

¿Que es el fósforo blanco?

El fósforo blanco es un alótropo (puede existir en más de un estado físico) común del elemento químico fósforo, blanco o amarillo y de olor similar al ajo, que ha tenido su uso militar como agente incendiario. Se utiliza para crear pantallas de humo en segundos, para ocultar movimientos de tropas e identificación de blancos. El fósforo blanco empezó a usarse en la Primera Guerra Mundial y el Ejército británico introdujo las primeras granadas con este elemento químico en 1916. Luego, en la Segunda Guerra Mundial, el fósforo blanco fue usado de forma intensiva por los EE UU y en menor medida por Japón para crear pantallas de humo y también contra la población civil. Las municiones con fósforo blanco se han utilizado posteriormente en la Guerra de Corea, de Vietnam, la ha usado Marruecos contra la población Saharaui, y en Grozny (Chechenia), en 1994 una cuarta parte de los proyectiles contenían fósforo blanco, según GlobalSecurity.org. Además, hay al menos cuatro casos probados en que se ha usado este elemento químico contra personas en Irak.

Las partículas incandescentes del fósforo blanco que se producen en la explosión inicial pueden producir profundas, extensas y dolorosas quemaduras de segundo y tercer grado. Además, por su capacidad de absorción, las quemaduras del fósforo blanco pueden dañar órganos internos. Y según GlobalSecurity.org, “el fósforo blanco provoca daños por quemadura químicamente dolorosos”. La combustión de este elemento provoca una nube blanca, densa y caliente, que en concentraciones moderadas puede producir irritación en los ojos y nariz.

El uso del fósforo blanco contra objetivos militares no está específicamente prohibido por ningún tratado internacional, aunque existe el debate de si debería considerarse una arma química y por lo tanto, ilegal según la Convención de Armas Químicas de abril de 1997.